El nuevo primer ministro de Hungría, el conservador Viktor Orbán, anunció en este mes de junio de 2010, los pilares de su política económica y fiscal, que incluyen una reducción del impuesto sobre sociedades (del 19% al 10%) y la introducción de un impuesto único de la renta en el 16%. Estas medidas, que aplicarán en los dos próximos años, vendrán acompañadas por la introducción de un nuevo impuesto a la banca y a las empresas de seguros, con el que el ejecutivo planea ingresar hasta 700 millones de euros anuales. "Necesitamos un nuevo sistema impositivo que se base en la confianza y no en la desconfianza", señaló Orbán en un discurso ante el pleno del Parlamento, controlado con una mayoría de dos tercios por el partido conservador Fidesz. Agregó que no propone "arreglar el (sistema fiscal) viejo sino crear uno nuevo", al tiempo que anunció la eliminación de diez pequeños impuestos, como la tasa sobre herencias. Asimismo, destacó "la importancia de fomentar a las pequeñas y medianas empresas (pymes)" y de "simplificar la burocracia". En ese sentido, agregó que la reducción del impuesto reducido sobre sociedades se aplicará a las empresas con beneficios inferiores a los 500 millones de forintos (1,8 millones de euros).