Budapest, 22 de noviembre de 2011
El pícaro Picasso, el que se vio envuelto en el robo de la Mona Lisa en 1911, que hacía perrerías con Braque y Apollinaire y teorizaba en casa de los Stein es el que interesa a Fernando Colomo, quien recrea en Budapest el París de principios del siglo XX para su nuevo filme, "La banda Picasso".
Convirtiendo el Museo de Arte Contemporáneo de la capital húngara en el Salón de los Independientes de la ciudad del Sena, donde Georges Braque hace ahora exactamente cien años mostraba su cuadro "El gran desnudo", Colomo hacía hoy realidad un sueño que le ha costado siete años empezar a materializar.
El director madrileño, fanático del cubismo, quería contar la historia del joven Picasso despojándole de la fama, retratándole cuando era "un bajito español que no hablaba francés y llegó a París para cambiar la Historia del Arte", resume.
Una treintena de extras vestidos como la alta burguesía parisina, casi cincuenta reproducciones de cuadros de la época, la dirección de arte del nominado al Óscar Patrice Vermette y la iluminación mágica de José Luis Alcaine se unen para su proyecto.
"¡Dios mío, la que he liado!", exclama Colomo entusiasmado. "Tengo un equipo de producción que no me lo creo", añade.
El que fuera fundador de la comedia madrileña con "Tigres de papel", sigue apostando por lo juvenil y desenfadado, aun cuando para su "banda" cuenta con los artistas más influyentes del siglo XX: además del pintor malagueño y de Braque, Guillaume Apollinaire, Max Jacob, Henri-Pierre Roché, Henry Matisse o Leo y Gertrude Stein.
"Es una historia tan insólita que todo el mundo se va a pensar que es una ficción", explica Colomo a los medios durante este rodaje, que le tendrá ocupado hasta el 17 de diciembre en Budapest, donde filma por primera vez en francés y con un reparto de caras anónimas, con Ignacio Mateos (Picasso), Stanley Weber (Braque) y Pierre Bénézit (Apollinaire) a la cabeza.
Igualmente poco conocido es el hecho de que Pablo Picasso tuvo que declarar sobre aquel famoso robo en el Louvre del cuadro de Leonardo Da Vinci, del que se culpó temporalmente a Guillaume Apollinaire, coprotagonista y "personaje fascinante" en la historia de Colomo, quien se acerca a la realidad de manera "desacralizada".
"No he hecho ninguna traición a lo esencial, pero si he seguido el 'se non è vero, è ben trovato', porque es la manera de llegar a fondo. Yo ya veo a todos estos artistas como personajes. Son Pablo y Guillaume, me olvido de si es Picasso o no es Picasso", explica el realizador de "Bajarse al moro", quien ha escrito hasta 14 versiones de este guión.
Define el resultado como "irreverente y visceral" y, como en "Los años bárbaros" o "El efecto mariposa", se agarra a lo juvenil porque "cualquier historia de alguien de menos de 30 años es más interesante".
De hecho, "La banda Picasso" comienza justo en ese momento en el que Picasso se acerca al número redondo, cuando "todos sus compañeros se quedan atrás porque él sube y tiene que, "por decirlo de manera suave, elegir entre esas amistades y su carrera", explica Colomo, quien luego da un paso atrás, a 1907, para explorar cómo comenzó a relacionarse con toda la "banda".
"Es la película que más he preparado en mi vida", explica Colomo, quien pensó por un momento que Woody Allen le había arruinado la propuesta con su "Midnight in Paris", que recrea de manera todavía más fantasiosa el ambiente cultural parisino de los años 20.
"Al principio me dio miedo, pero luego vi que no tenía nada que ver. De hecho, creo que está bien, porque ha puesto de moda a los Stein", asegura.
Mañana, de hecho, rodará en un apartamento de Budapest una de esas reuniones de talentos en casa de los hermanos Stein, con trece actores en escena. "Esta ciudad es lo que más se podía parecer al París de principios del siglo XX. Y con los húngaros se trabaja muy bien, porque están siempre en silencio y vamos muy rápido", reconoce.
Pero que nadie se asuste ante tanta referencia cultural: "Esta película la puede ver incluso alguien que no sabe quién es Picasso. Es una comedia con personajes normales, un grupo de amigos artistas, con su amistad, sus rencillas, sus egocentrismos y sus traiciones", concluye el cineasta.
Mateo Sancho Cardiel
Fuente: Agencia EFE