BUDAPEST, 15 Marzo 2012 (Reuters/EP) -
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha abundado este jueves en las críticas de su Gobierno al supuesto doble rasero con el que la UE mide las políticas fiscales de Hungría y de otros Estados miembro, entre ellos España, y ha advertido de que no aceptarán ser país "de segunda clase".
Orban ha recuperado las críticas contra la UE manifestadas esta semana después de que Bruselas relajase el objetivo de déficit para España y, en cambio, congelase 495 millones de ayudas comunitarias a Hungría por no tomar las suficientes medidas para reducir su excesivo déficit.
Orban ha defendido, sin dar nombres, la igualdad de su país frente al resto durante un acto con motivo del aniversario de la revolución contra los Habsburgo, en 1848, y al que asistieron unas 250.000 personas, según datos de la agencia de noticias local MTI.
"El programa y el deseo de los húngaros en 2011 es el siguiente: No seremos una colonia", ha dicho, en un discurso en el que ha pedido "un trato igualitario". "No seremos ciudadanos europeos de segunda clase. Nuestra petición legítima es que se nos apliquen los mismos estándares que se aplican a otros países", ha añadido.
El primer ministro húngaro ha achacado los castigos de la UE a la "desconfianza" que impera por las políticas con que Budapest ha tratado de atajar su déficit. La Comisión Europea ha cuestionado medidas como la tasa impuesta a los bancos, la nueva normativa que rige al Banco Central o la nacionalización de los fondos de pensión privados, entre otras políticas que incluso han sido tachadas de antidemocráticas.
"Estamos más que acostumbrados a esta camaradería que no hemos pedido, aunque venga con un fino traje a medida y no con un uniforme con hombreras", ha asegurado Orban, que se ha erigido en protector de la Constitución húngara frente a las consignas de Bruselas.