El arte de la luz de Moholy-Nagy vuelve a Hungría, su tierra natal
Budapest, 12 de junio de 2011 (EFE).- El "arte de la luz" de uno de los más importantes pintores y fotógrafos del modernismo, László Moholy-Nagy, vuelve a Hungría, su tierra natal, en una muestra inaugurada en el museo Ludwig de Budapest.
La exposición "El arte de la luz", inaugurada esta semana y que estará abierta hasta el 25 de septiembre, recoge más de 200 fotografías, fotogramas, pinturas, películas y diseños del artista magiar.
Moholy-Nagy (Hungría, 1895 - Estados Unidos, 1946) fue un artista "comprometido con la vida y con el arte" cuya figura es importante reivindicar, explicó a Efe Oliva María Rubio, comisaria de la muestra y directora de exposiciones del centro cultural "La Fábrica" de Madrid.
Rubio ha querido destacar en la muestra el uso que Moholy-Nagy hace de la luz, el pilar esencial de su teoría estética.
Para Moholy-Nagy "el arte es el arte de la luz", aseguró Rubio.
Las fotografías, fotogramas y el cine desde la década de 1920 representaron para el artista una oportunidad de expresar de una forma concreta su teoría sobre la luz.
Así, Moholy-Nagy, que se trasladó a Berlín en 1920, redescubrió el fotograma, una imagen fotográfica tomada sin cámara, colocando objetos sobre papel fotosensible, que dejan huella, en forma de luz y sombra sobre esta superficie.
La comisaria recordó que Moholy-Nagy en su libro de 1925 "Pintura, fotografía, cine" se adelantó a su época, diciendo que "el iletrado del futuro será el que no sepa de fotografía".
En uno de los muros del museo llama la atención una proyección de las imágenes producidas por el llamado "Modulador espacio-luz", un invento que Moholy-Nagy desarrolló tras 8 años de trabajo y que presentó en París en 1930.
Este modulador es un aparato formado por elementos móviles de metal y cristal con diferentes formas, así como lámparas que producen efectos de luz y sombra.
Moholy-Nagy fotografiaba y filmaba estos efectos y en el museo Ludwig se presenta una de estas películas creadas por la luz y el movimiento repetitivo de los elementos geométricos del aparato.
Este juego con la luz se refleja también en otras obras del artista, como pinturas sobre vidrio, por ejemplo sus "Barras giratorias" (1946), que sobresalen del plano del muro y cuya apariencia va cambiando según el ángulo desde donde se contemplan.
Moholy-Nagy no sólo experimentaba con nuevos caminos y técnicas en el arte, sino que también buscaba el "ideal del nuevo y total hombre", algo que pretendía encontrar a través de la educación, a lo que se dedicó durante toda su vida, agregó Rubio.
Fue docente del famoso centro Bauhaus alemán, invitado por su fundador, Walter Gropius en 1923, y después de abandonar Europa por el avance del nazismo, fundó en 1939 en Chicago el Instituto de Diseño, donde enseñó hasta su muerte.
En sus fotografías se juegan con perspectivas extrañas, con picados desde la altura, en las que es difícil de reconocer el objeto.
Ejemplo de ello es la famosa imagen "Desde la torre de la radio", en las que las formas geométricas que se observan resultan ser partes de un parque: un camino, árboles y segmentos de un edificio.
La hija del artista, Hattula Moholy-Nagy, que estuvo presente en la inauguración de la muestra el martes, aseguró que su padre, a pesar de haber vivido en muchos países del mundo, "en su corazón siempre fue húngaro", aunque su obra "no conocía las fronteras".
Las obras expuestas en esta muestra proceden de más de 20 museos de todo el mundo, entre ellos, la Tate Modern, del Reino Unido; el Whitney Museum, de Estados Unidos; o el Tokyo Metropolitan, de Japón, así como de colecciones privadas.
Marcelo Nagy